Informe de la ONU revela camino hacia una reducción del 80 % para 2040
Según un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), es posible reducir la contaminación plástica en un 80 % para 2040 mediante cambios profundos en las políticas y el mercado utilizando las tecnologías existentes. El informe, titulado"Cerrar el grifo: cómo el mundo puede acabar con la contaminación plástica y crear una economía circular,"enfatiza la magnitud de los cambios necesarios para abordar la contaminación plástica y la transición a una economía circular.
Para lograr una reducción del 80 % en la contaminación plástica para 2040, el informe destaca tres cambios esenciales en el mercado: reutilizar, reciclar y reorientar y diversificar los productos. La promoción de opciones de reutilización, como botellas recargables, dispensadores a granel, esquemas de devolución de depósito y esquemas de devolución de envases, podría reducir la contaminación plástica en un 30 % para 2040. Además, aumentar los plásticos económicamente reciclables del 21 % al 50 % podría conducir a una reducción adicional del 20% en la contaminación plástica. Finalmente, reemplazar productos como envoltorios de plástico, bolsitas y artículos para llevar con alternativas hechas de materiales como papel o materiales compostables podría contribuir a una disminución adicional del 17% en la contaminación plástica.
Sin embargo, incluso con estas medidas, se necesitará gestionar anualmente unos 100 millones de toneladas métricas de plásticos de productos de un solo uso y de vida corta para 2040, junto con el importante legado de contaminación plástica existente. El informe sugiere abordar este problema implementando estándares de diseño y seguridad para la eliminación de desechos plásticos no reciclables y responsabilizando a los fabricantes por productos que arrojan microplásticos.
La transición a una economía circular y la adopción de las medidas propuestas en el informe podrían generar beneficios significativos. Se estima que este cambio conduciría a un ahorro de USD 1,27 billones, considerando los costos y los ingresos del reciclaje. Se podrían ahorrar USD 3,25 billones adicionales al evitar externalidades como los riesgos para la salud, el cambio climático, la contaminación del aire, la degradación del ecosistema marino y los costos relacionados con los litigios. Además, esta transición podría crear un aumento neto de 700 000 puestos de trabajo para 2040, principalmente en países de bajos ingresos, mejorando significativamente los medios de vida de millones de trabajadores en entornos informales.
Si bien los costos de inversión para los cambios sistémicos recomendados son significativos, son inferiores a los costos de mantener el statu quo. Se estima que las inversiones necesarias ascenderían a USD 65 mil millones por año, en comparación con USD 113 mil millones por año sin estos cambios. Gran parte de esta financiación podría movilizarse mediante la reorientación de las inversiones planificadas para nuevas instalaciones de producción que ya no son necesarias debido a la reducción de las necesidades de materiales o mediante la implementación de un impuesto sobre la producción de plástico virgen para respaldar la infraestructura circular necesaria. Sin embargo, es fundamental actuar con prontitud, ya que un retraso de cinco años podría generar un aumento de 80 millones de toneladas métricas de contaminación plástica para 2040.
Los costos operativos representan los gastos más altos tanto en una economía desechable como en una economía circular. Al implementar regulaciones para garantizar que los plásticos estén diseñados para la circularidad, los esquemas de responsabilidad extendida del productor (EPR) pueden cubrir estos costos operativos al exigir a los productores que financien la recolección, el reciclaje y la eliminación responsable de productos plásticos.
Las políticas acordadas internacionalmente pueden ayudar a superar las limitaciones de la planificación nacional y las acciones comerciales, promover una próspera economía global circular de plásticos, desbloquear oportunidades comerciales y crear empleos. Estas políticas pueden incluir criterios acordados para prohibir ciertos productos plásticos, establecer una línea base de conocimiento transfronterizo, definir estándares operativos mínimos para esquemas EPR e implementar otros estándares relevantes.
El informe recomienda que se incluya un marco fiscal global en las políticas internacionales para nivelar el campo de juego para los materiales reciclados, crear economías de escala para soluciones sostenibles y establecer sistemas de monitoreo y mecanismos de financiamiento.
Se alienta a los formuladores de políticas a adoptar un enfoque integrado que combine instrumentos regulatorios y políticas a lo largo del ciclo de vida para apoyar el objetivo de transformar la economía. Por ejemplo, las reglas de diseño que promuevan la reciclabilidad económica se pueden combinar con objetivos para incorporar contenido reciclado e incentivos fiscales para las plantas de reciclaje.
